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Dermatología y Veneorología

La palabra dermatología proviene del concepto griego “derma” que quiere decir piel. Es el área de la medicina que se dedica a estudiarla, tanto en su estructura, función y enfermedades. La piel es el órgano de mayor tamaño del ser humano y corresponde al 15 por ciento de su peso corporal. Dentro de sus funciones están la protección contra los agentes físicos, químicos, radiaciones, virus, bacterias y hongos. Además regula la absorción de sustancias y actúa como barrera a nivel epidérmico y ajusta el medio interno, lo que contribuye con la mantención de la temperatura adecuada en condiciones normales.

Debido a su importancia, el dermatólogo debe manejar conocimientos en cirugía, reumatología, puesto que muchas enfermedades de este tipo tienen síntomas cutáneos; inmunología, neurología (no es de extrañar que algunas enfermedades neurológicas se manifiesten por medio de la piel), enfermedades infecciosas, endocrinología y genética. Dentro de la dermatología se han desarrollado subespecialidades como la venerología que se dedica al estudio de las enfermedades de transmisión sexual y la flebología que se ocupa de las dolencias del sistema venoso superficial.

Además, se podría sumar una tercera subespecialidad que es la conocida como dermatología cosmética. Ésta ha manifestado un importante desarrollo en el último tiempo y ha sufrido grandes innovaciones. Actualmente, intervenciones para borrar cicatrices, microtransferencia de grasa para rellenar defectos cutáneos o rejuvenecimientos faciales por medio del uso de aparatos láser, son cada vez más frecuentes. Dentro de las enfermedades a la piel más comunes se encuentran: la dermatitis (inflamación a la piel), infecciones causadas por hongos, por levadura o por la tínea multicolor; la hipopigmentación o vitiligo, la hiperpigmentación, el acné, el cloracné, los epiteliomas y los melanomas. Estos dos últimos son las formas de cáncer a piel.

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